viernes, 14 de mayo de 2010

Nueva ley electoral nueva forma de gobernar

Yo creo que toda ley electoral, debe de responder al principio de ajustarse lo máximo posible, a los deseos del ciudadano.
Ya comentamos, porque la ley actual, respondía a unos criterios que no son los actuales, que han funcionado satisfactoriamente, han dado estabilidad y nos han permitido avanzar, debemos de cambiar, ¿pero hacia donde?.
Una de las posibilidades es un sistema mixto, pero no como el alemán, sino bastante más sencillo y autorregulable en si mismo. 
Podríamos comenzar por dividir el territorio, en circunscripciones electorales, en torno a los 75.000 ciudadanos empadronados, con una desviación de un 20%, atendiendo a  las realidades sociales, lo cual debería dar un número de 92, que serían elegidos en sistema mayoritario a una sola vuelta. 
Todos los votos que no validaran la lista mayoritaria, serían computados a nivel nacional, eligiendo por el sistema proporcional 45 diputados, (con un corte del 5% de los votos totales o un diputado elegido), nombrados por los partidos políticos, según los votos obtenidos y no computados para elegir diputados, estos últimos tendrían las mismas prerrogativas que los anteriores, excepto que podrían ser cesados por el partido en cualquier momento. 
Ventajas: 
.-Cada diputado elegido directamente, responde a un electorado concreto, que conoce y le pide explicaciones.
.-Los diputados nombrados por el partido, armarían la maquinaria institucional, siguiendo instrucciones, además de corregir carencias que se puedan producir, a juicio de los partidos en la representatividad regional.
.-Se conseguiría que los minoritarios tuvieran representación, como actualmente, corrigiendo la dispersión, que impide a  minorías ser reconocidas con voz y voto.
Desventajas:
.-Los partidos políticos, no podrían nombrar a nadie que hubiera concurrido a las elecciones, con ello se evitarían los virreinatos, siempre peligrosos.
.-Con el tiempo se puede descompensar por la demografía. 
El sistema se autorregula a si mismo, a más diputados elegidos directamente, menos votos en el reparto proporcional.
El número de 92 son dos tercios de la cámara actual, con lo cual, la decisión de los elegidos es siempre soberana.
Ofrece además otra ventaja, si nos tomamos en serio hacer de España un estado federal, la condición de diputado elegido al Parlament, lleva aparejada la de Senador en una cámara que rondaría los 600 miembros, esto podría simultanearse, dado que la mecánica parlamentaria  la llevarían los diputados nombrados.
Podría tener otras implicaciones en la reestructuración de comarcas, veguerias y provincias, tendiendo a la coordinación y formación de equipos, en torno a las personas elegidas directamente.
No soy jurista,  me imagino que a la hora de plasmarse en papel, surgirán otros problemas que resolver.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Free counter and web stats