lunes, 9 de abril de 2012

Sindicatos año 2012, evolución o revolución.

El movimiento sindical es parte inseparable del mundo obrero.
No tiene entre sus fines la representación política, sino la laboral.
Inglaterra abolió la esclavitud en un proceso que duró de 1833 a 1838, pero en  junio de 1836, la asociación de Trabajadores de Inglaterra elaboró la Carta del Pueblo, exigiendo el voto universal y secreto.
Este movimiento recibió las influencias de pensadores y filosofos, -que el tiempo ha hecho celebres- Friedrich Engels y Karl Marx entre otros.
Habían nacido los sindicatos y el movimiento obrero. 
Por este motivo, mientras haya trabajadores por cuenta ajena –obreros- existirá el sindicato, no como fin, sino como medio.
No se llamarán CC.OO, U.G.T., C.G.T., etc… pero existirá el sindicato.
Son, por su misma naturaleza, indestructibles.
Siempre renacerán, como el ave fénix.
La dictadura los creo verticales.
Los trabajadores decidieron que fueran de otra manera.
Los fines de un sindicato son pocos y claros: mejorar las condiciones de trabajo frente a empleadores, organizaciones empresariales y gobiernos.
Cuando comenzó la transición marcaron el paso a los partidos políticos, para que no sucediera más, la política lleno los sindicatos de grasa innecesaria y se alejaron del mundo laboral que los había parido.
A estas alturas, no vamos a discutir el grado de conciencia obrera de los trabajadores, pero no me jugaría nada, a que cuando haga falta de verdad, mucha gente se llevará una sorpresa al infravalorar este tema.
La sorpresa será un alto grado de conflictividad, no por inesperada, prevista.
Puede ser cuestionable si los sindicatos actuales responden a nuestras necesidades.
La clase trabajadora no quiere sindicatos plagados de subvenciones, ni que controlen empresas de seguros, servicios, o que estén en consejos de administración, ni que intervengan en política como organización.
Los trabajadores queremos sindicatos independientes, austeros, eficaces en la defensa de nuestros derechos y pegados a nosotros.
Los trabajadores, somos a la vez ciudadanos, sabemos utilizar nuestro voto para premiar y castigar políticamente.
Aunar sindicalismo activo y política no funciona.
Si los sindicatos actuales no evolucionan, vendrá la revolución sindical y se llevará por delante las siglas actuales, no el movimiento sindical, que renacerá y no sabemos cómo.

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